ALEJANDRO DOLINA Y SUS ESTRATEGIAS PARA CONVENCER A LA CLASE MEDIA DE SUMARSE AL PROYECTO NACIONAL: LA CAÍDA DE LAS MÁSCARAS Y LA INTELIGENCIA EN ACCIÓN.
“En este momento la Argentina, y tal vez el mundo, vive un momento en que la posicione ...s políticas implican mucho más que una mera opinión sobre la forma de administrar el Estado. Cada posición respecto del conflicto social clásico aparece, especialmente en el mundo occidental, rodeada de una cantidad de pensamientos satélites que aunque no sean exactamente políticos van desarrollando un perfil que es inseparable de la política. Entonces cuestiones tales como las minorías, el aborto, la religión, la inmigración, la sexualidad, el matrimonio, etc van perfilando un ADN tan congruente que casi podría decirse que cuando uno conoce la opinión de un tipo acerca de cualquiera de estos asuntos puede adivinar fácilmente todas las otras. Así que esta agudización de los perfiles, esta drástica polarización que abarca no sólo juicios sobre una gestión de gobierno sino toda una forma de ver la vida, es me atrevo a decir, una buena noticia porque propende a la CAÍDA DE LAS MASCARAS y genera un entusiasmo y un deseo de participación imposible de sospechar en tiempos de neoliberalismo cuando decían que los gobiernos administraban y que las IDEOLOGÍAS SE HABÍAN MUERTO. En la ciudad de Buenos Aires el perfil republicano de derecha ha alcanzado una gran penetración. Tal vez en ningún otro distrito la prédica de los medios ha sido tan exitosa y casi se ha constituido un biotipo mayoritario que es como un personaje de sainete: autoritario, individualista, mezquino, intolerante, desconfiado de la política, machista, un poquito evasor de impuestos que no da limosna porque cree que los mendigos son ricos, que aplauden cualquier clase de exclusión y considera sagrado el derecho de propiedad. La primera tentación es no querer saber nada con esos tipos y resistirse a cualquier tipo de pacto. Yo aplaudo esa decisión en principio, pero enseguida anoto que todas estas personas que encarnan al personaje antedicho son muchas. Acaso son millones. Son las viejas de enfrente de mi casa o la multitud de buenos burgueses que han sido acorralados en rincones de malevolencia. A ellos no hay que esconderlos bajo la alfombra sino que creo que hay que PERSUADIRLOS Y HAY QUE INCORPORARLOS ASTUTAMENTE A UN PROYECTO NACIONAL. […] LO MEJOR ES PERSUADIR CON LA INTELIGENCIA EN ACCIÓN Y DEJAR QUE EL PROYECTO DE LAS CORPORACIONES SE MARCHITE SOLO EN SU PROPIA INFECUNDIDAD SIN HACERLE EL HOMENAJE DE UN MISERABLE PISOTÓN”
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